Es una importante herramienta de prevenir los conflictos que surgen a diario entre los profesionales sanitarios y los enfermos a los que atienden, pudiendo solventarlos sin tener que recurrir a los tribunales, evitando situaciones traumáticas que repercuten en la calidad de la sanidad. Muchísimas situaciones que en otros casos desembocarían en denuncias por mala praxis y descontento con tratamientos y diagnósticos, se podrían evitar a través de la mediación.